Cuando el azul negro terciopelo se cierne sobre la tierra y las estrellas decoran con sus luces el firmamento haciendo un cortejo para que la blanca luna aparezca luciendo su corona de plata, en ese preciso momento es cuando lo real y lo irreal se confunden y nacen dentro de mí esas ansias de volar.
Sí, es como si las alas que la ensoñación posee me elevaran a ese lugar donde las letras jugando en rondas, tejiendo y destejiendo, armando y desarmando fluyen al exterior.
La mente vaga por doquier.
El alma se estremece, sonríe, ríe, llora y siente.
Nada queda dentro de mí.
Todo lo que allí nace, escapa.
Cada frase es un verso.
Cada verso plasma los más hondos sentimientos.
Casi sin pensar uno a uno son el reflejo de mis más recónditos anhelos.
Pero…
Cuando se esboza el alba, cuando los primeros rayos de febo asoman, es allí cuando todo se desdibuja.
La pasión de cada letra queda dormida en la noche.
Oculta.
Esperando que el ciclo del tiempo vuelva a producir el milagro para seguir soñando.
ALMA
01 – 03 - 09