Anoche soñé con que los hombres
despertabán de su sueño eterno
e ingresabán al concierto
de las voces que se atreven a decir la verdad.
Durante el largo sueño que no atrevo a contar completo
se veía la felicidad de los jóvenes que al ver libres sus pensamientos
se atrevieron a pensar en un mañana mejor
donde reine el pensamiento y se aclare lamente
de la verdad completa.
Entendí por fin que los hombres no tienen memoria
si en su mente no existe la desgracia que producen
los recuerdos que perduran, si los sueños
algún día suplantaran despertaremos y nos destaparemos
los ojos que aun tenemos tapados, perderemos el miedo
a decir el pensamiento de la verdad que por fin conoceremos.
Soñé, que no veía más indiferencia de todos,
contra la realidad que vivimos día a día
y por fin nos sentíamos completos
como si un día despertáramos de un sueño eterno.
Un sueño irrepetible lo completa la felicidad
que acompaña la mañana del día que se cumpla
pero si no llega ese día no dejara nunca
de ser un sueño en la mente,
del que aun tiene esperanza en el futuro. . . .