Ciertamente es la manera,
de decir con palabras
lo que ya, sabe la caricia.
Que el amor te ama
y en su esencia me nombra,
se extiende como un río
seguro, de alcanzar mares.
Que te amo y te amaré siempre,
solo que hoy, es menos que mañana.
De nada sirve el poema
sobre las eras prendidas de tu carne,
de nacer desnuda en el instante ,
en cada hueco, sin pulir de tus ojos.
De nada sirve,
coserme los huesos uno a uno,
para alcanzar el tacto,
y las diez formas del verbo callado.
De nada.. recordarte la tarde,
si de las albas, nacerás nueva
sobre el instante desesperado y único.
Si la memoria, sobre tu piel es el olvido
y mi voluntad, tu virgen cuerpo,
mil veces ya resucitado..
Yo te dije aprenderme
el curvo horizonte de tu cama cálida
y en cada retama de tu verde campo
los olores, las brisas más perfumadas,
cada lugar donde descansar mis alas.
Pero lo cierto es que con cada beso , he muerto,
con cada caricia , soy crisálida humana,
soy metamorfosis de deseo
que se extiende, se me arruga en el pecho,
desprovista de memoria.
Yo nací para amarte,
lo hago a cada instante y sin descanso,
renazco.. semilla a semilla ,
como las primaveras completas sobre tu cuerpo.
Del deseo.. solo recuerdo el camino
que hasta tu boca me conduce
por eso.. en cada latido te encuentro,
porque no busco y te hayo,
te amo y me olvido...
para nuevamente imaginarte...
imaginarme....
que te aprendo...
que me estas enamorando.