Cae silencioso el momento dulce de encontrarnos
y cae furiosa el ansia contenida apenas en la piel.
Ahora tiene sentido el significado de la palabra amarnos,
que escrita en nuestros labios no necesita papel.
Sube mi pálpito errabundo hasta tus cumbres elevadas
y la hora del sueño me encuentra recogido en tu seno;
se agolpan en mis sueños las caricias derramadas
que recorren todo y se concentran en mi pecho pleno.
Podríamos mostrar nuestro amor a todo el mundo
como la primavera muestra sus campos floridos;
aunque prefiero arrinconarnos y permanecer ocultos
con un invierno permanente que nos obligue al abrigo.
El amor a veces opaca su brillo enceguecedor
y llueve a cántaros la pena en desilusión desatada;
tiene retazos de brisa tibia de verano adormecedor
y silencio y frío de noche por luna iluminada.
Yo no me imagino un día sin encontrarme contigo:
en el pasillo, en la calle, en el patio, en el cuarto, en la escalera.
Yo coloco al aire y al cielo como únicos testigos
de las veces que el amor nos reunió en dondequiera.