Mis ojos encontraron tu mirada, estallaron los colores, se encendieron las alarmas y sonaron los violines…
…el testigo fue el silencio.
Y tus ojos me buscaban y los míos te esperaban, temían, se ilusionaban, querían, desesperaban, las palabras se escondían en nuestro amigo el silencio.
Con el paso de los días nuestras miradas ardían y entre el hambre de tus ojos y la urgencia de mis ojos, tus ojos se desnudaron y los míos se entregaron, se amaron, se confesaron, creyeron, se enamoraron llegaba el fin del silencio.
Pero el silencio entró en celo y ensombreció nuestros ojos, ensordeció la mirada, desafinó nuestra historia.
Y aquel silencio testigo ahora era un cruel enemigo, se distrajeron tus ojos, enmudecieron mis ojos y tus ojos se ausentaron y los míos se empañaron…
…Y sonreía el silencio¡¡¡