El mundo es uno, o al menos eso dicen. Sin embargo, nos paramos a pensar y a basarnos en datos verídicos, y,¿ no es cierto que siempre existe una dualidad de conceptos, un conflicto de doble filo en todos los aspectos de la sociedad?
Nos damos cuenta de que el mundo no es uno; el mundo es público, o es privado. Es rico, o, sino, desgraciado. El mundo es paz y guerra, y la paz ni se acuerda de aparecer muchas veces.
Ya todo es blanco o negro, bueno o malo, es duro… o liviano. Lo terrible no es mostrado, y todo parece ser hermoso. La muerte espera en la esquina de enfrente. La vida la esquiva pero nunca con suerte.
El que siembra no recoge, el que no siembra, alimaña. Todo basado en prejuicios y en construir telarañas. Telarañas que llamamos estatus, prestigio, carisma y elegancia. Telarañas que no tienen vida, telarañas de rabia.