EL OLOR DE TU CUERPO
Me huele a tierra,
a pradera, a mar de flores,
a verso.
Me huele a noche, a luna,
a estrellas que titilan
en mi recuerdo.
El viento me trae tu aroma
y la difunde en mi alma,
por mis poros me transpira
tu fragancia.
Me huele a entrega,
a pasión, a deseo sempiterno,
a el olor que lleva el aire
cuando respiro tu beso.
A labios de miel, dulzura…
me da el olor de tu cuerpo,
siento el sudor impregnado
el que baja por tus miembros,
tu intimidad en mi olfato,
tu secreto en mi secreto.
El olor de tus cabellos
lavado con higo nuevo,
dulce aroma el de tus manos,
el de tus palmas de heno.
El olor de tus rincones,
tierno olor de tu silencio,
perfume de madre selva
de sándalo, monte y Venus…
fragancias entremezcladas
circulan en tus adentros,
entre tus venas que riegan
el universo en tu aliento,
y llenan de amor entrañas
de este corazón sincero.
Me huele a ti, al rocío
que emanas cuando alzas vuelo,
al néctar de tus latidos,
al oleaje en tu senderos,
al destello azul que cruza
por tu blanco, ebúrneo cielo.
Todo me lleva a tus ojos,
a tu risa, a tu pelo,
con sólo tener tu olor…
ardiente y viva te siento,
me sumerjo en esa brisa,
en tu perfume, en tus gestos…
en el jardín de tu alma,
en tu aroma, en tu secreto.
Y allí me convierto en mirra,
en nardo, en flor, incienso
y me mezclo con tu aire
y somos uno en el viento
impregnando las galaxias
los atmósfera en nuestro sexo,
los caminos de dulzura,
los espacios de olor bueno
y el mundo que antes moría
recobra vida y aliento,
su color y su hermosura
en el olor de tu cuerpo.