Página 002 titulo Sin libertad. Autor. Joaquín Méndez
Se acercó a la barra y se puso a mi lado:
- Buenas noches…- dijo con una voz fina y bien timbrada al tiempo que esbozaba una simpática y luminosa sonrisa.
Buenas noches, Contestamos todos a una.
Estoy seguro de que fue así, algunos con voz ronca, otros con voz de carajillo y hubo quien con voz de pito.
Ella pidió dos cañas de cerveza, y yo pensé: - Ésta espera a alguien….- Claro era lógico, no creo que una mujer así como ella de hermosa estuviera sola…
Y acerté, al momento entró por la puerta del bar un tipo no muy alto más bien canijo con ojos azules claros y se encamino a donde ella se encontraba.
-¿Lo has visto?- le preguntó ella, mientras le acariciaba la cara con suavidad.
-No- dijo él - A lo mejor no ha salido esta noche, - Continuó diciendo mientras cogía el vaso y echaba un buen trago a la cerveza.
Estuvieron charlando sobre un tipo que tenían que ver, pero que no habían visto. Se tomaron dos cañas más, y acto seguido salieron del bar y desaparecieron por la puerta.
Habían transcurrido varias semanas, cuando un día al pasar por la parada del autobús miré y allí estaba ella sentada en el banco de la parada. Paré el coche, ella se levantó y binó enseguida hacía mí, mirando por la ventana del copiloto me dijo:
-¿me llevas? Y esbozó una maravillosa sonrisa.
- ¿Para qué crees que he parado?- Murmuré sin dejar de mirar aquella hermosa cara.
Subió al vehículo, se puso el cinturón por entre los dos puntiagudos pechos y me dijo:
- ¡Anda, te acuerdas de mí! Gracias por parar para llevarme.
-Como me voy a olvidar de esa carita tan bella que tienes, si eres una diosa del limbo.
-No te burles por favor, Dijo ella, sin dejar de sonreír.
No es burla es totalmente cierto. Conteste.
Ella Hizo un mohín con la boca y me preguntó:
-¿Tienes música?
Claro, Le contesté, al tiempo que ponía en marcha el compact-disc, en el que comenzaron a cantar el dueto de hermanos, Sempreambvos.
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Página 03. Titulo Ain liberta Joaquín Mendez.
-¿Quiénes son?- ¡Qué bien cantan! Comentó, y de nuevo me miró con sus bellos ojos castaños.
Son dos hermanos que han salido nuevos, se llaman (sempreambvos) están comenzando ahora, llevan un año o por ahí cantando es su primer CD- Le expliqué.
En ese instante llagábamos al pueblo:
- Déjame… en la tienda del chino…- me dijo.
Aparque al lado de la tienda, ella se me quedó mirando:
-Tengo que comprar unas cosas- Comentó.
Se bajó y por la ventanilla me dejó un papel en el asiento donde segundos antes había estado sentada:
- Es mi número de teléfono, para que me llames y quedamos para tomar algo. ¡Llámame! ¿Vale?- Me comentó.
No me dio tiempo a contestarle, pues rápida mente entraba en la tienda, meneando su hermoso trasero.
Como ese día también era viernes, pensé…
Bueno, esta noche la veré de nuevo si bajan al bar.
Acto seguido continúe mi camino.
Aparqué el coche y me fui al bar para tomar algunas cervezas pues lla bia estado antes en mi casa para asearme un poco y cambiarme de ropa.
Allí en el bar había varios clientes, algunos estaban jugando al billar, otros a los dardos, mientras el resto charlaban de unas u otras cosas.
Me tomé cinco o seis cañas, me subí para mi casa a comer, y echarme una buena siesta que estaba cansado del madrugón que me había pegado esa mañana para ir a trabajar.
Al llegar a mi casa me di una ducha y acto seguido me comí un buen plato de cocido, que estaba riquísimo o tal vez fuese del hambre que traía después de tantas horas de trabajo.
Me tumbé en el sofá, estuve viendo la tele y me quedé dormido.
Desperté sobre las siete de la tarde, me puse la ropa de paseo y salí a la calle.