Indague ansioso por tus parajes
y no encontré ni un rastro de tu pisada,
el pueblo impávido guardo silencio,
la noche tampoco me dijo nada,
partiste una noche triste sin despacharme,
pero sin darte cuenta
conmigo acarreaste,
porque lo bello vivimos
no se puede olvidar en un instante,
entre nardos y amapolas vivías
que te dejo la vida impregnada con su fragancia,
hoy me queda la suave melodía de su voz reinante
y un mundo de lleno fantasías fragmentadas,
que ni tu misma jamás te imaginaste,
quede atrapado entre tus memorias,
donde quedaron grabadas tus promesas,
un clamor de mil violines vuelan libres por el aire
y me hacen recordar que en un tiempo
tu también con locura me amaste,
caminare por mi separada calle
buscando lágrimas para aliviarme,
hasta que arribe un nueva ilusión
y será otro el mar donde navegue mi nave,
otras gaviotas se enfilaran hacia mis costas,
otra pasion desbordada vendrá a mi encuentro,
y en su jardín sembrare nuevas flores
y de mi pluma surgirán nuevos poemas,
mis primaveras que se secaron
con el agua de su amor nuevamente florecerán
y llenare su mundo nuevo
con pétalos rojos de cargados con un millar de pasiones,
el querer que se fue en secreto
morirá lentamente en mis memorias,
cuando florezcan en mi
de nuevo los nardos y las amapolas