Camino por un sendero, es de noche, el viento se cuela entre los árboles, mi vestido negro se engancha entre las ramas del suelo, la niebla se espesa a cada paso que doy pero cada vez veo más claro.
Toco el fondo de mi alma, pero mi pensamiento no acompaña, me doy cuenta de que lucho por un ideal, un príncipe en mis sueños muy distinto en la realidad.
Me gusta seguir soñando, por lo menos ahí nadie me hace daño.
Sigo paseando, voy sola, me acompaña mi pena, como una muñeca rota doy pasos firmes pero inestables.
Que ironía, que curioso es el destino, Dios nos pone a prueba hasta en las cosas más pequeñas, a cada obstáculo aumenta mi fe porque ya es lo único que me queda.
No veo el final del camino, pero no me he equivocado es cuestión de tiempo que salga el sol o quizás lo que realmente quiero es que siga oscureciendo.
Me gusta encontrarme entre los matices grises.
Soy así.
No se me puede cambiar.
No pretendo ser diferente solo que se acepte mi realidad.
Kyra