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,
con ojos inmersos
en el fango de lo usual
devoro humanas disputas
propias de la colmena
enardecida hasta las manos
por ánimo de querella
angosta cornisa
en que la noche es sierpe
y no hay pies que resistan
argumentos de peso
la penumbra eficaz dicta
hechizos al mulo
fiel por rutina
oteo bóvedas en expansión
negra garganta
esperando alguna confesión de parte
o el anuncio crístico que comulgué
mas
presiento que de aquella sublime
fachada también devino el fuego
que a los abismos nutriera
atizando la primer sospecha
Albin