Que la noche en sus tinieblas nos cubra
y que el cielo estrellado sea nuestro manto
y que la luna fulgurante con su encanto
sea farol de tenue luz que nos descubra
Allá en medio de la hierba humedecida
que despide dulce olor a salvajismo
del placer creciente el esclavismo
penetra la piel suave enardecida
Dos cuerpos que se hacen uno
entre fuego intenso se funden
fieros instintos banales consumen
inocencia del sentir más puro
Libido que en noche calmada
arrebata el silencio estelar reinante
vasta lujuria tan apasionante
razón de infinidad desenfrenada
Sumergidos en noche comprensiva, ruborizada
donde amor y deseo se hacen un todo
libre el espíritu en oscuridad cristalizada