jorge luis murillo

QUE TAREA EL OLVIDARTE

Olvidarte es la difícil tarea

que el albur hoy me ha legado,

como un nudo que me ahoga

que regresa y que me atrapa.

 

En lo absurdo de la noche

que solitaria me acoge,

solo un canto de tristeza

se allana en mi pecho herido.

 

Te marchaste en el silencio

complaciente de las horas,

con la lluvia adormecida

testigo de mi abandono.

 

Por mil ventanas se fueron

las incesantes promesas,

y fue tu boca una trampa

donde mi fe se moría.

 

Un suspiro hoy agoniza

en mi pecho taciturno,

desangrándose callado

como el surco de una herida.

 

Tu desdén es evidente

en tus ojos lo he notado,

por las arteras cenizas

que se posan en mis manos.

 

Las que hablan de este suplicio

de aquel dolor desprendido,

donde mi cuerpo es un arco

tensado por la agonía.

 

Desde el fondo de mis venas

bulle la sangre marchita,

hacia un corazón ya muerto

como un despojo vencido.

 

Que atrapado no libera

la suerte que allí lo abraza,

e irrumpe con su congoja

ahogado en sus soledades.

 

En los resquicios del tiempo

galopa una voz errante,

suplicante ante el abismo

del desamor ya nacido.

 

Como el agua entre los dedos

pasa tu historia y la mía,

durmiendo en la incertidumbre

a las orillas de un rio.

 

Que fluye con la vehemencia

con la que quiero respuestas,

que han quedado relegadas

con esa maldita ausencia.

 

¡Que tarea el olvidarte¡

si te has llevado mi vida,

apágala y ya no dejes

que continúe perdida.

 

AB JORGE LUIS MURILLO ESTRADA

02-15-2011