Edwin Yanes

Ser mujer

¡Hembra naciste,
Así lo dijo el doctor,
De hembra viniste,
Y te parió con dolor…!

Bendito el vientre que te cobijó,
Y en sus entrañas se formó tu ser,
Bendito el día de tu concepción.
Bendita tu divina mujer.

No hay dicha más grande que ser mujer,
Cual bálsamo para curar las  heridas,
Causadas en la vida por el duro correr,
Muchos buscando éxito y algunos causas perdidas.

Ser mujer no es poca cosa,
Es un gran cargo y un gran atributo,
Ser la amiga, ser la madre, ser la esposa,
Yo hombre, te rindo tributos.

Lo bello de la vida es nacer sabiendo que contarás con una mujer,
Una mano amiga que te brinda todo, esperando nada,
Más que servir hasta envejecer,
Llevándose la felicidad sabiendo que desempeño un papel de hada.

Me deleito en el elixir de tus besos,
Que son mi vida, que son mi alimento,
Si cuando plantas uno de esos,
Se paraliza mi mundo, me corta el aliento.

Ser mujer es más que ser, es existir,
Con firmes propósitos que motivan su vida,
Dando lo mejor de sí, forjando un mejor porvenir,
Luchando vehemente en cada subida.

Ser mujer a veces es sufrimiento,
A veces la vida contigo es cruel,
Cuando un tonto te causa tormento,
Peor aún si te es infiel.

Hoy orgullosamente exalto la alegría  que seas mujer,
Mi más grande amiga, amante y consuelo,
Acariciando  tu cabello maravilloso ser,
 En mis noches de furor y desvelo.

¡Hay de aquel que te haga sufrir!,
A  Dios pido le robe la existencia,
Ningún hombre merece vivir,
Si no es para amarte con loca paciencia.

Mujer, joya preciosa de la creación,
No existe razón para dañarte el corazón,
Tú mereces estar en un camarín rodeada de hombres en adoración,
Quebrantados ante tu belleza, perdiendo la razón.

En la soledad y el silencio ¡calma!,
No preocupes si el tiempo agrieta tu piel,
Pues joven, fuiste fiera en la cama,
Fuiste mujer en tu luna de miel.

Si la muerte de mi lado te roba,
Antes de mi sueño profundo,
Me iré de esta vida en ataúd de caoba,
Sonriendo, satisfecho ¡pues fuiste mi mundo!...


Autores:
Osman  Espinoza
Edwin  Yanes