Hay momentos que nos prueban
que esta vida no es muy fácil
y nos ciegan y emborrachan
con vapores misteriosos,
nublando nuestras conciencias
y dudando de evidencias.
Y es que las nubes que cubren
el paisaje de la vida
tan sólo ocultan el cielo
y el sol que nos ilumina.
Y aunque cubiertos… están
en su lugar, en su sitio.
No tengas miedo, mi niña,
a las nubes que nos cubren…
el viento las barrerá
y tú podrás ver con calma
todo el mundo de tus sueños
y hasta detalles pequeños
de quien te quiere en el alma.