El corazón se ha muerto, y junto con con el, tambien el cuerpo
Morir de noche, de madrugada, es lo mismo, que mas da
Sin que nadie se dé cuenta
Que el último suspiro, se revuelva con el aire
él aire que un día te dio vida y libertad
En las sombras me escondí y de las sombras yo resurjo
En el humo del cigarro se funden mis sentimientos más profundos
En la rosa que me diste se marchitan como espectros lo que un día nos prometimos.
Quedan psicofonías de lo que era nuestro respirar al entregarnos por completo.
En mis ojos las llamas del infierno se reflejan al saber de tu traición.
En lo oscuro de mi cuarto se guardaron los gemidos de lo que fue nuestro placer.
En la cama ya desierta me recuesto a recordar, el instante en que dijiste
juntos hasta la infinita eternidad.