Sí, silenciosa estoy.
Para no despertar la melancolía.
Y guardé en mi mochila el colchón y mi
cobija, unos libros y hojas...
guardé tu memoria, para cuando la quiera
recordar, algunos cigarrillos, y pecados para la diversión.
Llevo mi libre albedrio, y una foto del color de la noche.
Metí a la Luna en aquel broche que cierra la bolsa.
Y quizá me atreva a llevarme el pedazo de pastel,
de mi anterior cumpleaños,
pero quizá ya no quepa.
Para cuando camine me guiará el horizonte,
y la brújula la llevará el marionetero,
por desgracia, por cobardía...
Y correré solo cuando las hormigas me persigan,
para que tu me salves...
Hasta pronto, deseo sea.
Mi dulce amor.
Hasta el día en que el destino nos vuelva a unir...
Sammantha