Recuerdo aquella vez en que sentando en aquel parque puse tome mi mochila y la tire contra el piso a la esquina de un arbol, pensando en una iglesia que temprano habia robado algunos de mis minutos cerca de las tres con quince, ese dia temprano me desperte, cosa que era muy rara en mi, pues las noches sabian ser el dia que me llenaba de luz de todo tipo, esa iglesia un poco rara en los recuerdos de mis estudios me lleno de tantos aromas que ni siquiera estaban en el aire que al cerrar los ojos los momentos volvian uno a uno esperando a esa misa que reuniria lo que la palabra una vez grito, comunion en una tarde de una noche bajo la espada, que el marionetero sabe que una brujula no es suficiente guia....