Mirando al mar, se me ocurren tantas cosas en las que pensar....tantas palabras, tantas voces, tantos gestos, tantas miradas, tantosd etalles.....todos saltan a mi recuerdo...ahora que estoy en la más abosluta soledad.
Porque...mirando al mar me siento sólo, pero no me duele, no es la misma soledad que siento siempre, rodeado de gente, pero sólo, esa soledad si me afecta, la de ahora, mirando al mar...no. Es una soledad que he elegido yo, mía, de mí.
El mar no te miente, le miras, le hablas, y te escucha, no opina, tampoco te llena de esperanza o desilusión, simplemente......escucha, lo que la gente no es capaz de hacer el sonido de las olas y la visión del cielo nublado de fondo es capaz de hacer.
Y así mirando al mar, de repente, hallas muchas respuestas, analizas mejor y te das cuenta de estas cosas que antes no eras capaz de advertir....T das cuenta de la certeza de tus pensamientos, que negabas creer por confianza, te das cuenta de la evidencia, te das cuenta de qué poca gente en realidad está dispuesta a concederte un minuto a su lado. El mar lo sabe todo.
Y aquí , sentado cada día frente a mar.....todo duele igual, igual, pero aprendes a asumirlo. El mar, la paz, te ayuda a asumir que el sueño acabó, queno debes echar la culpa a nadie, no debes quejarte, sólo asumirlo para poder continuar. Si, el sueño se te ha ido, lo has perdido, es lo mismo de antes, pero ahora sabes que no puedes cambiar nada, aunque des todo por tu sueño, empiezas a conformarte, y abajar los brazos y dejar de pelear. Toda esperanza absurda muere, mirando el mar, es un momento lleno de realidad.
Dicen que para hacer frente a una situación difícil el primer paso es asumirlo. Mi sentimiento es el mismo, sólo cambia la forma de verlo, sólo cambia que ahora sabes que no lo conseguirás nunca aunque te mueras por ello y no te keda más remedio ue aguantar, que seguir adelante.
Eso sí, llorar no telo puede quitar nadie, te lo has ganado, es tu derecho y aquí, la verdad, mirando al mar, se llora mucho, y no puedo dejar de llorar.