Hijos de la luna,
postrados y acostumbrados,
un amor sin vacuna
de trágica estructura,
gatos de tejado.
Vanidosos sin razón,
testaferros de corazón,
de esta vida inmaculada
con vientre y camisón
de estrellas estrelladas.
Así te vi ese lunes...
mágico y nostálgico,
tu cabello dorado
arrugando los ojos del sol.
Quién fuera noche para verte brillar...
como cometa que se va,
que se queda...solo en la mente.
Digamos que me apresuro,
al tiempo o al futuro
para vivir siempre un letargo,
amargos y sobrios
tristes y novios de lo que llamamos suerte.
Ya solo me queda verte,
entre la niebla y lo despejado,
para subirme al balcón
donde me avive la muerte.
Si no estas no importa,
con las ganas te imagino,
juntos junto al vino
y su inseparable par de copas.
Pensando en la luna nueva,
y su nueva tierna noche
que no me dejo al coche
subir tus labios de primavera.
Extraño besarte,
porque jamas lo pude hacer,
una quimera que sabe a bechamel
un sonido de campanas.
Me largo a la Quien sabe donde*,
si te encuentro es por tu nombre,
si no,porque te vuelvo a pensar...
digamos que jamas se me ocurrió olvidarte,
y si el remedio es borrarte,
déjame tu tejado
desde donde te pueda mirar.
Blas Roa