Pendiendo de un fino hilo
Se halla ahora la existencia
Rozando el brilloso filo
De una daga de demencia
Caminando sobre una cuerda floja
Vibrante por los problemas
Que al alma al abismo, arroja
Entre tantos crueles poemas
Buscando equilibro en ambos
Tanto el corazón como la mente
Intentando librar de cardos
A los jardines del subconsciente
Mientras el paso vacilante
Hace temblar la cuerda
La angustia desgarrante
Pone a la carne trémula
La mirada evita el abismo
Pero tentada, mira a la muerte
Se pregunta con cinismo
Si podrá escapar de su suerte
El miedo embarga al alma
La piel, recorren, los escalofríos
Gotas de sudor heladas
Denotan inexistentes bríos
A las espaldas del funambulista
Sosteniendo la floja soga
Casi imperceptible a la vista
Un pasado de funesto aroma
Por delante un futuro antiguo
Que hace a los pasos, lentos
En un andar que se hace continuo
Y que de interrogantes, va repleto
Sin ganas para volver al inicio
Sin fuerzas para llegar al final
Solo busca el momento preciso
Para, hacia el abismo, saltar.
Andrés Ruiz H.