Página. 006 Un semental Sin liberta. De Joaquín Méndez.
La noche estaba fría bastante fría pues aunque estábamos en primavera del 2010, se avía tirado todo el día lloviendo, y mucho, a sin que tuvimos que abrigarnos bien, y comenzamos a andar los tres juntos, uno a cada lado y la dama, en medio.
Recorrimos varios locales algunos, musicales ellos incluso bailaron, un rato ella me invito a bailar, pero yo me negué por miedo, a emocionarme y hacer el ridículo, delante de su marido.
A ella no le gusto mucho pero puse la escusa de estar cansado, por tantas horas de trabajo y eso la convenció.
Eran las cuatro de la madrugada, cuando decidimos irnos a descansar a un que Lucia, no parecía estar muy cansada. Pues sugirió ir a su casa a tomar unas copas, cosa ala que yo me negué rotundamente, y cosa que a ella, no le hizo mucha gracia. Valla, hombres dijo con carita de enfado, -No valéis para nada. -Murmuro mientras hacia una mueca de desencanto.
Bueno, hasta mañana entonces dijo él, mientras me estrechaba la mano,-Hasta mañana conteste yo. Ella dio la vuelta y comenzó a caminar, dejándolo atrás y sin despedirse de mí.
Espera dónde vas, ¿no te despides de Alex? -Un rotundo ¡no! Fue la respuesta sino viene a tomar unas copas a casa no.-Dijo sin dejar de caminar.
Bueno quedamos para mañana entonces, ¿no? -Me invito, Juan… con un gesto de desaprobación, hacia ella, no agás caso me dijo. Y se marchó detrás de ella, camino de su casa.
Yo llegue a mi casa me di una ducha, me tome un vaso de leche y me fui a la cama, bastante cansadito, pero sin olvidarme de aquella belleza de mujer, que estaba como toma pan y moja.
Al día siguiente me levante a las doce y media, desayune un café y me puse a escribir esto que estas le yendo en estos momentos.
Como estaba deseando de verla de nuevo…me vestí, después de afeite antes de ducharme para despejarme un poco, y acto seguido Salí a la calle, en busca de aventuras nuevas con mis flamantes amigos.
Llegue al bar casi corriendo, pero me lleve una sorpresa, allí, no estaban, joder que putada ¿estaría enfadada todavía? Me pregunte. Pero el camarero me dio la respuesta. –Han estado aquí tus amigos de anoche bastante rato esperándote y al final se han ido hace diez minutos, -Me comento, y seguía diciendo, - Comentaba ella, si te abrías dormido, porque estabas cansado, por que anoche fuisteis a dormir tarde. Gracias le conteste, ponme una birra, que traigo sed.
Qué suerte tienes, - Continuo diciendo el camarero, no me veas que amistades te buscas amigo, dijo mientras sonreirá con picardía. Y me sirvió, la jarra de cerveza.
Me tome varias cañas…y cuando iba a marchar llegaron, los dos con las caras sonrientes -Vaya que forma de dormir a migo duermes como un bebé, nosotros,estamos levantados desde las 11 de la mañana, hemos recorrido ya todos los bares. Dijo él, con la cara risueña.
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Ella se acerco un poco seria, y susurro, -¿puedo darte dos besos? - Yo le pregunte, -¿Dónde? -
-En la cara, que gracioso sonrió, ella mientras me abrazaba, y me daba dos besos bien
Estallados, y…repitió, - Estos dos más… por los de anoche, -Comento mientras, me daba un pellizquito en la cara.
Estuvimos tomando cañas hasta las cinco de la tarde. Fui yo quien dijo. -Abra que ir a comer ¿no? O ¿no comemos? Hoy. -Si claro dijo Juan, - Vamos, a mi casa tenemos un jamón, pata negra, que está deseando que le hinquemos el diente.
-Eso dijo Lucia,- Picoteamos algo y vemos una peli. Que la tarde está muy fría, y en casa estamos calentitos, ¿qué te parece? Álex.
Bueno conteste. Pues no sé porque, pero me parecía buena idea, la de comer jamón, pata negra. Pues la verdad que hacía tiempo que no, lo comía, y la idea de comerlo con ella al lado me parecía estupendo.
Salimos del bar y nos marchamos a su casa, bueno casa más bien mansión pues era enorme, de dos plantas con un jardín inmenso. Entramos dentro… y todavía era más impresionante, tenía un salón, enorme con tres sillones triples, una mesa, en el centro al menos para doce personas, en una esquina tenía una barra de bar, con una estantería colgada repletas de botellas casi todas llenas. En la pared de en frente tenía un cuadro representando una mujer desnuda que parecía ella misma, con una belleza, inigualable, parecía pintado por Dalí.
La lámpara era gigantesca como la de un palacio, de color dorado y focos de color azul
Turquesa, que le deberían dar un aspecto, romántico cuando estuviera encendida. Empecé a sentir curiosidad por verla encendida.
Corta, jamón, ordeno a Juan, y a mí me dijo.
-Ponte cómodo, mientras me daré, una ducha, con tu permiso.
Y desapareció por las escaleras, que conducían al piso superior.
Me senté en el sillón, más próximo, que resulto ser comodísimo. Seguí observando y vi al lado de la barra de bar una enorme planta de interior que parecía un árbol de lo frondosa que estaba.
En la otra esquina tenían una lámpara de pie que hacia juego con la del otro lado del
Salón, En la ancha ventana destacaban unas cortinas rosas, a juego con el color de las
Lámparas y los sofás, en realidad a excepción de las paredes que eran blancas lo demás era todo rosa y verde pistacho.
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Deje de observar, cuando la vi, bajando las escaleras como una diosa, dios mío que mujer más hermosa, se avía puesto una bata azul celeste transparente que se traslucía el tanga del mismo color, con lo cual se le veía en el pubis una mancha negra que ya, puedes imaginar, de que se trataba, llevaba el pelo suelto, sobre los hombros como un manto, color caoba oscuro.
En ese momento apareció, el con un, enorme plato de jamón, y otro de pan con tomate.
-Venga...a comer, que ya esta, esto listo, - Dijo Juan, y acerco la mesa, de centro hasta situarla delante de mí…Abrió dos botellas de vino blanco y una de negro, puso tres vasos, los lleno, y espero, que se sentara, Lucia.
Ella se sentó a mi lado, derecho, Juan, al lado izquierdo… que dando yo en medio, Lo cual hacia que la pierna izquierda, de ella rozara, la mía, haciendo que yo, me sintiera en la gloria, y al mismo tiempo, un poco excitado.
Ella miraba de reojos mis entrepiernas lo hacía con mucho disimulo pero yo me di cuenta, y eso hizo que la excitación fuese a mas, hasta el extremo de que se me notaba bastante el bulto del pantalón lo que provocaba que Lucía mirara más todavía, y a si empecé a sentirme avergonzado, pero…no podía contenerme.
Disimule como pude poniendo mi mano izquierda encima de mí paquetillo… y comiendo buen jamón, y bebiendo buen vino, terminamos por fin la comida…pero yo seguía con la misma excitación.
Juan, se levantó, para recoger la mesa y ella le dijo,- Déjalo que yo la recojo ahora. Bale dijo. Pero él se llevo los platos, y el pan para la cocina al salir de nuevo traía una botella de chiva 20 años en la mano y me ofreció una copa. Ahí tienes ves tomándotela tranquilo que, que yo si me lo permites voy a ducharme.
Me dedico una sonrisa y comenzó a subir la escalera hacia el piso de
Arriba, y desapareció.
Lucia me miro con picardía, me levantó, la mano y dándome un golpecito en mi cosa dijo.
Marránote cálmate, soltó una carcajada, y medio otro golpecito pero esta vez, con mas suavidad, incluso dejando reposar la mano un poquito encima del bultico, al mismo tiempo que presionaba un poco hacia abajo, dejando reposar la mano unos segundos.
Segundos que hicieron que mi excitación aumentara de tal forma, que parecía que se iba reventar el pantalón.
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¿Qué haces nena? Le dije… y le quite la mano con suavidad, lo que pareció aumentar su deseo de seguir tocando, y me lo cogió con ansias, locas abalanzándose de cabeza, y dándome un mordisquito, por encima del pantalón. Mis nervios ya no me dejaba, controlarme le cogí la cabeza y la apreté fuerte casi salvaje contra mi cosa.
Ella levanto su carita y me miro sonriendo con mirada picarona, al tener su boca tan cerca no pude contenerme y la bese con rabia, con desesperación, con ese ansia de quien se aferra a la vida, llevaba tanto tiempo sin besar a una mujer que aquello me parecía un sueño del que no quería despertar.
Lucia me agarro tan fuerte como quien se agarra a un chaleco salva vidas al tiempo que se levantaba del sillón, tirando de mí hacia ella y abrazándome como la niña que se abraza a su muñeca que le quieren robar.
La empuje, contra la barra bar, y le desabroche la bata de un tirón intente quitarle el tanga pero ella me lo impidió reteniendo mi mano, -No, no, no… que bajara mi marido. Se arrodillo y afianzándose a mi falo lo de boro literalmente, con una glotonería sofocante, lo soltaba para mirar las escaleras pero no por mucho tiempo en seguida seguía con su comida favorita, a juzgar por la forma de succionar con la lengua como una batidora.
Ya no pude más y di riendas suelta soltando todo lo que llevaba guardado tanto y tanto tiempo salió disparado como cuando le quitas el tapón a una piscina.
.
Ella me miro con ojos de sorpresa cuando vio la cantidad de materia, que salía del el tubo humano de mi…tubo.
Se limpio con el papel que acaparo antes de comenzar la faena y dijo. - Hijo mío…valla cantidad que soltaste, nunca vi, tanta cantidad de una sola vez.
Justo avía terminado yo de subirme el pantalón y ella de limpiarse y abrocharse la bata cuando oímos los pasos de Juan bajando las escaleras.
Me precipite al interior del lavabo que estaba situado en el pasillo que llevaba a la cocina.
Y allí me lave la cara y todo lo demás, eso que hizo que me relajara un poco y se pasara mi nerviosismo.
De je pasar… al menos cinco minutos, antes de salir de wáter, cuando salía, por poco si me choco con Lucia que también salía de la cocina, -Cuidado chico que me atropellas, grito con voz cariñosa pero todavía excitada.
Que hacéis,- dijo Juan sirviéndose una copa, de whisky, y llenándome la mía, hasta el nivel del hielo.
-Nada dijo ella, -Estuve poniendo los platos en el, lava bajilla, ¿ya te duchaste? Le pregunto.
- Si, dijo él.
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