Para… Alejandra F.
I
Y cae la noche como la lluvia leve
esparciéndose las gotas
en el verde césped.
Sé que arribará tu voz, en el momento justo,
en el preciso momento ¡irrumpirá cual eco!
Monumento de ilusiones
ha de pasar muy lento…,
como una bomba de agua
ha de anegar mi sueño.
¿Dónde está el corazón que no palpita?
¿Dónde el alma qué en soledad
se sacrifica?
Aliento que todavía no sucumbe en mi mano
que asfixia la garganta,
fiebre loca,
el escalofrío en mis brazos
ondulante saliva que me escurre
-o el semen que no brota
esta ya muerto-
Dejo mis ojos cerrados,
oscuro debe ser el infierno de no verte
pero quiero escuchar tu voz…
Sagrado lapso
de una gloria petrificada,
es tan breve quizás -ese instante-
pero me dejará toda una vida
para recordarte.
Tu voz es entonces, águila
que se posa sobre el viento.
No se ha marchado aún: no se ha marchado.
Porque retumba todavía
y puedo percibirla
en mi silencio.
II
De nuevo vendrá tu voz
será un incendio
entre las paredes de mi casa vacía,
ha de ser el ungüento
para mi lacra herida
¡ha de venir tu voz…! ¿Lo sé?
Porque ha sanado en estos días
la insolación de mi hastío.
Mesa redonda de cuatro sillas
es mi destino
callado destino, el fin que me persigue
-déjame acompañarla entonces con la cereza
esa fruta madura de tu boca-
donde surgen palabra que nada dicen
pero son vocablos que trastornan
pero los quiero escuchar
en cualquier hora.
Sordo fantasma de mis noches
acústico silencio de mis días
retorna a mis oídos
que te escuchan
y descansa un intervalo
mientras duermo.
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“elpoetairreverente”