Por tus calles copiosas, ronda la gente
Ensimismada en sus aureolas y nuevos suéteres
un señor ahoga juntos las penas y el aguardiente
más callar no puede la tarde que resplandeciente
alumbra un niño solo, un indigente.
De tus colinas altas bajan los fríos
y de los muros de tus iglesias el polvo candente
que mezclan con el vicio adolecentes
en un parque una señora se arropa con papeles
mientras su miseria es la misma de tanta gente.
Tus taxis y carteles visten de luces
y en una oficina gris la burocracia duerme
de tantos y tantos usureros y pretendientes
que la última obra pública adjudicarse quieren.
De entre luces de neón la noche emerge
para algunos que en cuna de oro duermen
aun quedan muchos niños sin montar carrusel
y otros, demasiados, durmiendo envueltos en papel.
De entre las sombras mi cuerpo emerge
Un lápiz y un papel salen crujientes
Me ciega el sol mientras me amansas
Poema bueno, poema urgente.