rouz64251

LOS ÚLTIMOS TRES MINUTOS

Primer minuto: lo malo

 

El céfiro es detenido

Al llegar hasta su boca

Se aleja de su camino

Cuando a sus labios, toca

 

Los ojos cada vez más albos

Y perdidos en la lejanía

Como soltando un clamor vano

Hacia el viento y su apatía

 

Recordando lo que no vendrá

Con el alba del siguiente día

Intentando todavía inhalar

Todo el aire que se desvía

 

Pensando en lo que quedará

En las mentes de los cercanos

Si alguien habrá que llorará

Por el eclipse que ha dejado

 

La ventisca estrangula el cuello

Pero se aleja de los pulmones

En la fría opresión del viento

Se recuerdan todos los errores

 

El perdón que no fue pedido

Y la disculpa que fue rechazada

Todo el odio que fue sentido,

Tantas sonrisas desperdiciadas

 

La banalidad de las actuaciones

Y el sinsentido de los pasos

El divagar de las justificaciones

Que la ignorancia, han ocultado

 

Sin saber si mirar al cielo

Y hacia el elevar una plegaria

Para encontrar algún consuelo

Al saber que todo acaba

 

Sesenta segundos de infierno

Un minuto de reflexión

Buscando en los propios adentros

Indulgencia, clemencia, perdón.

 

Segundo minuto: lo bueno

 

Una luz hay que brilla

La luz del propio perdón

Mientras todavía se oscila

Entre la vida y la defunción

 

Tranquilidad que ha embargado

Un cuerpo que se va helando

Sin culpas, se ha alivianado

Mientras las sombras se van disipando

 

Premoniciones de felicidad

De momentos de deleite

Que vendrán con la eternidad

Cuando el cuerpo quede inerte

 

Hasta el dolor que la asfixia provoca

Ha pasado a un segundo plano

Serenidad  que la mirada denota

Por pensar en la dicha, de antemano

 

Nadie recordará las falencias

Olvidados serán los tormentos

Cuando se desvanece la presencia

Se difumina también el resentimiento

 

Como si la persona se dividiera

En dos mitades ambivalentes

Lo malo, con los huesos se entierra

Y solo lo bueno queda reminiscente

 

Sesenta segundos de paraíso

Un minuto lleno de ilusión

Añorando que llegue el solsticio

Para quemarse en el cénit del sol

 

Tercer minuto: lo real

 

Los vientos decidieron alejarse

Llevarse los soplos de vida

Era hora de que la flor se marchitase

Y dejara una carcasa vacía

 

Y aunque en el mundo solo quedan

Quienes recuerdan envueltos en llanto

A aquel que terminó la vida pasajera

Tal vez sufriendo, tal vez rezando

 

Y aunque el ataúd solo lleva

Un cuerpo vacío y pesado

Que se descompondrá en la tierra

Y será alimento de gusanos

 

Quien sabe que le espera

A quien después de tres minutos

Vio pasar su vida entera

Y abandonó por fin el mundo

 

Quien al final del tercer minuto

Oyó su último latido

Y al sentir el último segundo

Se sintió, por fin, tranquilo.

 

Andrés Ruiz H.