Me miras por la calle,
sumido en las tinieblas
de la miseria y el hambre
arrastrando mi cuerpo marchito…
marchito por la desidia y el olvido,
veo entonces tu rostro
reconozco en tu faz
al joven que fui ayer,
al que algún día me llamo padre
y luego me dejo a mi suerte,
levanto la mano pidiendo piedad
un centavo para subsistir
un pequeño obsequio para sobrevivir,
pero…
Con una impía acción
con esquiva indolencia
sin ninguna aflicción
te pasas de largo…
Reconozco, al que alguna vez…
vio a un mendigo anciano por la calle,
vio un hombre caído
Sin aliento sin ilusiones ya,
pero no le importo,
con un corazón tan frio,
le dio la espalda y se marcho.