nace en mi el pensamiento;
de dar lo todo,
por renacer en tus labios:
rojos de fresa salvaje
o corazon enamorado.
dar la eternidad del tiempo,
que nunca alcanza
para acudir al llamado
de sus labios mojados.
mojados en el mar, en la lluvia,
en lagrimas de ojos encantados.
la suavidad de la uva
se asemeja en tus labios,
y el sabor del vino
que alli esta plasmado
hace delirar mis secos
y agonizantes labios.
y si he de morir
al rozar tus labios,
ya nada importa
ni el calor del verano.
pues mi boca
se ha embriagado,
en el dulce licor
de tus labios.