Mirada inocente en un rostro infantil
Cuando jugar era lo mejor de ese momento,
Días de calma y diversión.
Y … a la llegada de un hermano que nació,
Llena de orgullo, lo abrazaste Y sonreíste
Porque en la hermana mayor te convertiste.
Un día todo eso cambio y la luz de tu mirada,
La tristeza la empañó… y dejaste de ser hermana
Para ser mamá, dejaste los juguetes a un lado
Y al ver a tu hermano no dudaste un segundo en cuidarlo.
Elizabeth, Que el señor te recompense
Cada momento triste Con mil de felicidad.
Y que cuando el tiempo pase y veas hacia atrás
Cuando la dicha sea plena y ames a tu hermano aún más.
La satisfacción será tan grande que solo lo bello recordaras.
Tú eres una niña con corazón de mamá.
Autora: Esther Velázquez