La noche esperará,
arropado en en su corazón
de pulsos amargos…
soñando mundos vividos por dos...
La noche llega de puntillas,
rozando las paredes de su corazón,
penetra nuestros sueños sigilosa.
Encadenado se sentirá en una nostalgia,
que no podrá olvidar en ningún ayer.
Fumando con deleite,
un cigarro inexistente.
Pero que a él le sabrá con olor fuerte
y en su humo oscuras lágrimas morirán.
Ayer y hoy se funden
en el vaho de nuestros alientos,
las almas unidas convergen
en el mismo punto.
Mascullando en silencio,
en un lenguaje misterioso,
una oración de milenios…
usando como perlas de rosario,
las estrellas... solo las estrellas…
cuyo brillo le consolara.
El silencio se hace verbo
se confunden los códigos,
las lenguas se mezclan
con los sabores dulce-amargo
y entre ellos las estrellas serpentean.
AUTORES:
Miguel Ángel Muñoz
Mercedes Dembo Barcessat
Derechos Reservados
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