Despiértate y arráncate de las sábanas,
despiértate porque el día te requiere
y hoy los brazos de sol en la ventana
rescatan minutos de amor de sus anaqueles.
Despiértate porque es la vida lo que emana
de la canción de la fuente y del almendro que florece
un día tan frío, con su presencia ausente.
La aurora hoy concede una cita con la esperanza.
No malgastes las oportunidades regaladas:
existen almas que las esperan desde siempre.
Cautiva tus mejores deseos con palabras
para que atienda el alma que no se entiende.
Pero despierta. Que parece que las sábanas
quisieran hasta la noche retenerte.
Y la noche, en recuerdos, escapa la mañana
hacia las estrellas del sueño; estrellas que nunca vuelven.