No podré alcanzar las cimas de tu pelo
¡no! si sigo siendo Jirigüelo
que posado en hierbas se mantiene...
No podré siquiera
llegar a visitar tus ojos
si forzado y torpe me tropiezo
con las ramas de este bosque muerto
y a caer en cieno me conlleve.
No podré besar
tus labios verdes y sedosos
si rastrojo es mi vuelo y mi aletazo
por querer subir un día
ante tus brazos
y albergar eternamente entre tu liño
a ese árbol soñador que nunca alcanzo.
No podrá mi canto repetido
debelar en cielos mi delirio
de vivir de prendas negras y vestigios
que no dejan volar hacia tu nido.
No podré seguir danzando
sobre rocas
si mi holgado corazón
esta en tus ramas
y colmado de otras aves presurosas
pierda el vuelo
que mis alas hoy reclaman
y en olvido quede
Jirigüelo de hojas secas.