Uno mira el día como la vida.
Distinto, aburrido, divertido y agitado.
Mujeres, hombres, intermedios y homofobicos, que se prestan al
Trafico vehicular, de peatones, buhoneros y rateros alterados
por el ruido de la calle y el silencio del hogar.
Del mal humorado padre que le encantan los niños pero en practica no los soporta.
De la apasionada madre que vive tranquila y que nada le importa.
Del empleo estable que mensualmente se pierde.
De los falsos ideales que se han ido muy lejos, donde nadie los encuentre.
De la inflación que se ha vuelto el padre nuestro de cada día.
Del consumo salvaje que nos caracteriza como devoradores de vida.
Del amor sincero que ha sido remplazado por el dinero.
Del niño moderno que deja los juegos por drogas y sexo.
Uno mira el día como a vivido la vida.
Viendo en esta pequeña pantalla
unos minutos de noche
y otros de día.
Uno mira distinto.
Siempre, que halla vida.