Podría acaso calmar
el silencio, mi espíritu,
o ponerla en reposo,
sin entender la razón
de buscarte y no encontrarte.
Más aún, sólo se aflige
mi intención de amarte,
tu presencia en los aires,
despertando cada mañana
ansiando un beso tuyo.
Mi amor desespera
e invento un desierto
donde soy arena
que se convierte en barro,
todo pareciera un sueño.
Creo en ti Señor,
como tu crees en mi,
aunque guardes silencio
sólo te bastará decir,
ahora, es "Tu Tiempo"