Marisol Andrade

SOLO UN SUEÑO

Yo tuve un sueño y sólo Dios lo supo

soñé que serías mio y yo sería   tuya

soñé que me amarías igual  que   te

amo yo, soñé que tenía tus besos,  tus

caricias,  tu cuerpo y que nos retozabamos

sin miedo al tiempo ni al espacio,  sin

miedo al mortal común; que murmura

en cada esquina el encuentro furtivo de

sus semejantes.

Dios fue mi cómplice en esta aventura

que emprendí, pero que me tocó regresar

sola ya que el protagonista de mi sueño

no embarcó en la nave que naufragó

sin permitir cristalizar ese viaje que fue

sólo un sueño, y  que Dios me permitió soñar.