Frank Carlos

La culpa nos arruga los hombros.

Ven a mi cabeza, piedad
Porque en lugar de emborronadas cuentas
No poner un alado corazón
Que cruja la cama de los delirios
La mesa de los desafueros
La inquietud de los hombres.

Ven piedad,
Abrázame con tu manto de paz
Abrojos espacien el camino
Que la pulcra soledad desata
Y nos mancha la virtud
El desatino.

Acércate en silencio,
Como la noche
Desde hace tantos siglos
Si desnudos éramos mejores
Porque vestirnos.
Acércate piedad
Que el miedo no resucita
El horror,
Mánchense todos
Con su libre destino.