Ganado tengo el pan: hágase el verso
“Amar no es más que el modo de crecer.”
“¡Amado será el que ama!”
José martí
Acostumbrado a caminar entre rosas
uno se acostumbra a su belleza
hasta que la vida se pinta de colores y sales al balcón
la vida es bella y tu la ves así
Después de lo que sucedió, ese día ya no pude verla así
Estábamos en la playa zicatela, (la playa del amor),
Le miraba mientras caminábamos tomados de la mano.
Ella ligera, locuaz, mujer a quien amaba ya desde antes...note me observaba con malicia, tenía ganas de acariciarme, de besarme,
Pasaba sus dedos sobre mis mejillas, por mi boca.
Me beso las pestañas, sus labios me quemaban, su cara cambiaba al sentir sus labios contra los míos,
Se estremeció al escuchar mi voz
Le hablaba, suave, entre cortado, confundido,
Mi niña me confundes ¿Qué debo hacer yo?
Me lanzo una sonrisa de inmediato y le respondí con otra.
Nos veíamos como niños planeado una travesura
Caminábamos en la arena, la olas se rompían muy cerca
le rozaba sus caderas cuando caminaba zigzagueando a su lado,
Con un movimiento casi imperceptible,
Su corazón latía fuerte y rápido, su cuerpo vibraba,
Su cuerpo sudaba, ella era mi cómplice
Note las palmas de sus manos temblaban, me miro, se acerco poco a poco acaricio mi pecho, la mire sentir mi vientre.
Ella miraba mi entre pierna, nerviosa comenzó a frotarle, a acariciarle,
De repente me dijo “solo quería ver tu reacción”.
¡¡Quería oírte gemir!!
La note impaciente no me escuchaba, cruzo los brazos frente a sus pechos,
Con las palmas los cubrió, escurría en sudor,
Especialmente entre sus piernas, le temblaban.
La ropa le incomodaba, el sudor la había mojado, La sentía demasiado ajustada. Me pregunto ¿que harías si de pronto, me arrancara la blusa y te ofreciera mis pechos aquí en medio de la playa?
Mi razón se bloqueo sólo atina pensar en ella.
¡¡Buscaba una manera de decirle las cosas bellas, solo alcance a sonreír!!
Me abrazo, comenzó tocar y besar cada milímetro de mi cuerpo, con el pulgar me acaricio el mentón, seguido el contorno de mis labios. Comenzó a rozar mi cuerpo con su cuerpo, hermoso, cálido, yo tenia mis manos moviéndose sobre las curvas de su piel, lentamente, tímidamente, también yo sudada
Nos detuvimos frente a la playa, solitaria a esas horas de la noche, El silencio roto solamente por nuestra respiración agitada.
Giro hacia mí, con sus manos rozo mi cara, hasta que encontró mi cabello y hundía sus dedos en él.
De mi garganta escapó un ruido leve,
Luego le dije: mami, tienes que parar,
¿No soy tú ángel, no es como a ti te gusta pensar de mi?
Pude leer cada pensamiento que pasaba por su cabeza, nos conocimos desde niños, mi amiga, casi mi hermana, le dije lo que estás haciendo con mi cuerpo es ni más ni menos que un pecado.
Contesto tirando su camisa al suelo y liberándose de tus pantalones.
Deslicé mis manos sobre su pecho desnudo, mis dedos totalmente abiertos para abarcar la mayor superficie posible y seguí el contorno de su cuerpo hambriento de amor.
Me dije: Siempre había pensado que pecar con ella debía ser una experiencia interesante, lo pensé (pero ella me escucho),
Mí voz era excitada, ya nada disimulada, perdía el control de mí.
En ese momento hundió las manos en mi pelo y me echo la cabeza hacia atrás para plantar en mí el fulgor de su mirada.
Me dijo: ¡¡Tengo hambre de ti amor, hambre de ti mi cielo!!
¿Sabes cuántas noches he soñado contigo?
¿Tienes una idea cuántas veces he despertado solo en las noches sin ti, sin conocerte, buscándote, deseándote?
No puedes tocarme así con tu cuerpo y mente, luego pretender que yo no reaccione a esa sensación descarnada que se me mete en la sangre, Y que no estará ahí una eternidad.
Fue entonces cuando le dije que a mí, me ocurría lo mismo...casi murmurando, clavando los ojos en ella,
Amor mío...pronuncié en un murmullo y me incliné hacia delante para besarte los pechos, luego apoye sus pezones hinchados contra mi torso desnudo.
No soportaba que ni el tejido más delgado nos separara.
Deslice mis manos suavemente por su piel desnuda, siguiendo las delicadas líneas de sus huesos, para detenerme nuevamente en la curva de sus pechos.
Respiraba casi bufando cuando me abrazaba, ardía excitado, luego con mis labios apreté sus pezones.
La playa estaba sumida en el silencio, el mar hacía un sonido relajante con sus olas cayendo sobre la orilla, “zicatela la playa del amor“
la lleve hacia un lugar acogedor, entre los juncos, que parecía propio para disfrutar de nuestra intimidad; lejos de cualquiera que pudiera pasar a esas horas por la playa.
El deseo se había adueñado de mí, propiciado por las eróticas imágenes que había tenido anteriormente; era excitante saber que me deseaba con tanto ardor, saberme capaz de despertar en ella una tormenta de deseo para que se consumiera por mí, tal como yo me consumía por ella
Me refocilaba de tocarla, de tocar ese cuerpo que ya era mío,
De que, tocar su su piel desnuda, hacerle sentir el tormento y el placer, yo sabia exactamente qué era lo que quería que le hiciera, cosas que ella nunca me pediría, Temblé preso de una urgencia que jamás había experimentado.
De pronto te dije: Son demasiadas emociones juntas mi amor, no sé si podré soportarlo.
Me dijo: Si que lo soportarás, has sido hecha para esto, fuiste hecho para mí...has sido hecho para noches largas, noches haciendo el amor.
Le moldeaba el cuerpo con mis manos, le aparte la ropa interior mientras las palmas de sus manos se demoraban, saboreaban y acariciaban el mío.
le acaricie sus muslos y apretando la palma de mi mano contra en su vientre, húmedo y caliente, ella Sonrío
me incline más hasta frotarle el interior de los muslos, de sus labios brotaba un suave gemido, su cuerpo se tensaba cada vez más...podía sentir el placer que aumentaba en fuerza e intensidad hasta que la liberación se apoderó de ella con tal violencia…..
Solo atinó a jalarme el pelo.
Le dije: Me dio la impresión que no podías evitar exclamar al primer contacto, al primer roce de mi lengua. ¿Sabes qué olor tienes?
Mi cielo, me dijo suavemente...¡¡Mi vida!! Decía de manera romántica, de manera pausada mientras repetía un \'\'te amo\'\' varias veces al aire como si hubiera querido parar el tiempo en ese preciso momento.
Te vi tan tierno, tan perfecto, y sentí que eras sólo mío
Ahí en medio de la noche, esa noche que despertaba en nosotros algo salvaje...le mire con ojos ardían en deseo
me dijo; Había esperado tanto tiempo para que me miraras así,
Una vez más, presione con las palmas de mis manos en mí entre pierna, introduje lentamente el dedo sin dejar de mirarle, mirando como el placer le barría No es suficiente, dame mas, me dijo con una sonrisa en la cara. Me deslice una vez, para volver a saborearle mientras deslizaba fuera mi dedo.
Introduje dos dedos, profundos hasta arrancarle un hálito de placer,
No es suficiente, dame mas, todavía no era suficiente.
Había una satisfacción pura y de hembra en su voz, que se reflejaba, en la expresión de su rostro, como de quien siente; un presión caliente de la lava que arde y se acumulaba hasta el punto de explotar
continúe jugando con mis dedos, con las manos y con la lengua provocaba placer y bailaba suavemente dentro de ella
Me dijo: Esto es lo que quiero amor, deseo más...quiero que tu también acabes en mí, quiero verte en tu cara, quiero saber que tú también lo sientes...
Con voz que se me había hecho casi ronca le dije:
Termina por mi amor, ¡déjate ir!
Jugándole con los dedos y con la boca logre arrancarle un orgasmo interminable que parecía seguir y seguir para siempre Y aún así,
dijo No es suficiente, dame mas.
Cerré los ojos y me abandoné un momento a las sensaciones, a la belleza de sus manos, de su cara, de su cuerpo, de su alma. Yo sentía el deseo en ascenso de ella, sentía como mi cuerpo me quemaba y...cómo se endurecía hasta llegar al dolor.
Mis manos seguían con movimientos lentos e implacables atizando el fuego,
ella retorcía sus caderas no podían estarse quietas,
Sus manos se movían con más dureza, más exigentes, y yo me alegré íntimamente al pensar que también ella perdia el control.
Mi amor, te quiero dentro de mí, murmuro,
Sabiendo qué reacción desatarían esas palabras en mi cuerpo, sabiendo que estaba atrapado en la misma tormenta de fuego susurro: Ahora mismo, ahora, ya! Aquí en la arena,
La deseaba con tanto ahínco que ahora estaba grueso y duro, una erección formidable incapaz de soportar ni un momento más aquel deseo.
Levanté sus caderas para ir a su encuentro, la levante toda a ella, apenas apoyada en mi cuello la penetre, Sentí su cuerpo húmedo y caliente que se aferraba a mi con fuerza. La sensación que se produjo era adictiva, estar dentro de ella era mágico, era una sensación total.
Tomándola por las caderas, di inicio a una rítmica penetración con movimientos duros y seguros, que se hundían cada vez más en ella, en busca de su alma, tenía la cara marcada por la concentración, por el éxtasis.
Ella sabía lo que yo deseaba, antes de que yo mismo lo supiera, anticipaba cada ajuste de su cuerpo para que la pudiera penetrar más a fondo.
Nos amábamos hasta que a los dos nos faltara el aire de puro placer.
Levanto la cabeza mirándome fijo, luego lamía mi pecho...apretaba sus manos un mi cuello, para después morder con sus labios los míos, mientras apretaba mis pezones con sus dedos, me acariciaba el cuerpo entero, raspo la piel hasta dejarla roja.
Echo la cabeza hacia atrás dándome la oportunidad de tomar por completo posesión de ella, más duro y más rápido sin parar tensándome de deseo hasta que sentí que ambos saldríamos volando por los aires, ya unidos en cuerpo y alma, y por una eternidad, ese es en esencia el recuerdo de esa larga noche de pasión, esa noche de amor, esa noche de locura.
Así recuerdo la noche que la tuve,
asi recuerdo la noche que la perdi
Acaso aquella noche no quise retenerte
y ahora estoy recordándote a la orilla del mar...
Casi amanecía cuando paramos, casi mediodía era cuando desperté,
Amelia ya no estaba ahí, me sentí culpable, ¿Cómo podría haberla amado mas?
Hay un amor tranquilo que dura hasta la muerte,
y un amor tempestuoso que no puede durar.
¿Yo era su ángel, no era así como le gustaba pensar de mí?
¿Por que esa noche tuvimos que pecar?
Tanto amor me lleva a la locura,
La muerte me habrá de encontrar
La muerte no me asusta, con ella suelo charlar,
Decir adiós... La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso
Marti and bad co.
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