Cuando por fin la encontré,
No se dio cuenta de mi llegada,
Demasiado entretenida,
Jugaba con las estrellas.
Alargué mis dedos,
Toqué sus mejillas,
Puso en órbita las estrellas,
Y se acercó a mí,
Blandiendo sus grandes alas.
Me asomé a la ventana,
Vi que eran como las cuatro,
De la oscuridad,
Volví borracho a la mesa,
metí a Dios,
dentro una botella de ron.
Juntos la bebimos,
Nosotros mismos,
Nos hicimos dioses.