I
Mujer hermosa
Digna de respeto y dulzura
Amiga comprensiva y fiel
Que siempre alegre estas con tu sonrisa miel.
Hombre con suerte es mi padre
Al hacerla su mujer
Pues su único pecado
Ha sido querer y querer.
Madre, eres tú la dulce y tierna mujer
Que todo hombre anhela tener
Y eres el hada madrina, madre,
Con la que todo hijo puede soñar,
Pues mis ojos te contemplan con deidad
Y tan solo al SEÑOR las gracias he de dar.
II
Mujer bella, humilde…
Madre mía, madre mía…
Madre, mujer sincera,
Que de ti solo sale amor,
Perdón, paz y felicidad…
Entre las diosas eres la más valiente
Y la más guerrera,
De corazón noble y bondadoso,
Que con paciencia has sabido ganarle
La batalla, día a día a la vida,
Pues ya traes pintada
Muchas canas en tu cabeza
Que es sinónimo de sabiduría.
Y cada arruga en tu cara,
Guarda un secreto
Pues son huellas amargas de la vida
Que se marcan con el tiempo…
Quisiera yo tenerte viva por una eternidad
Pero Dios egoísta,
Me la quitara
Para ponerla en un altar.
III
Los años pasan y envejecemos
Nos hacemos más lerdos…
El tiempo ineluctable
Nos enseña a valorar lo que tenemos,
Hoy te tenemos… a ti madre,
Y aún nos falta comprendernos.
El perdón y el respeto
El amor y el afecto
Son cosas que tú tienes
En todo momento.
Tú mereces lo mejor del mundo
Pero aun no aprendemos…
Te sacrificas mucho por nosotros
Como Cristo lo hizo con la humanidad,
Este no es el evangelio pero es la triste realidad,
Y es difícil de entenderlo…
Entender que tu amor no tiene límites,
Entender que eres única e irremplazable
Que como tú no hay nadie
Mi querida madre.