(esperar 17 segundos de la música para leer el poema)
Se hicieron surcos por el tiempo
en las arenas de mi tiempo vivido
hasta formar un campo desatento
de las lluvias porque te habías ido.
Como de rápido se nos pasó la vida
cuando era recién ayer que te veía
caminando en la vereda florecida
con azares al aire que me renacían.
Te jactaste de ser la única mujer
que conquistó sin demora atención
de mis sentimientos pero sin saber
que te venía acorralando mi corazón.
A la hora de formar nuestras citas
la ropa era una excusa de vestirnos
para terminar con la hora exprimida
en recreación ardiente al consumirnos.
De hombre no me quedaba ni la voz
porque silenciabas mi masculinidad
con e l suave toque en música veloz
al sublimarme tu boca tanta felicidad.
Así fueron las cadenas que nos ataron
por la labor profesada ante áurea pena
cuando por el juez divino condenaron
dos libertades al amor de vida eterna.
Vito Angeli