14/4/09 (6 días despues del anterior)
Ya cansado de decepcionar
a la gente que amo en el mundo
por fin me di el lujo de permitir
a la mente seguir su rumbo.
Hablarle fue una sonata
al igual que sentir su escencia
me veo en el paraíso
siempre que estoy en su prescencia.
No debe ser cosa mía
observar en ella tanta madurez
ya que escuchó y entendió mi discurso
y me provocó una apacible calidez
Ella despertó en mí
un sentimiento descontrolado
del cual me siento agradecido
y a veces, un tanto extrañado...