Me gusta saber de ti,
de ti que estás entre mis labios confundidos,
de ti, sólo de ti,
que en veces me miras cuando oscurece la tarde,
de ti
-de ti que estás en mi camino y no lo sabes-
O quizás lo sabes pero ignoras mi presencia
¡y qué bueno…! Saber que estoy
y no estoy mientras le das un sorbo
al jugo de naranja gasificada…,
me gusta saber de ti
que sombra te acompaña en la mañana,
¿pero no sé? ¿No sé de ti?
Que vuelves como el viento en madrugada.
Me lastima y es inexplicable lo que me pasa
pero me duele
es un rasgón sobre la piel
una sencilla herida -porque me gusta saber de ti-
De ti que estás entre mis labios confundida
sólo de ti,
que en veces me miras cuando oscurece la tarde,
de ti que estás en mi camino y no lo sabes.