Cae el rocío al alma
cae y en su sabor
aúna nuestra extinta
manera de amar.
La tecla de una nota
la nota entre los labios,
como la flora y su polen,
en el viento se despiden.
Nuestras miradas se mojan…
se empaña el alma de los amantes,
caen con clamor aquellas hojas,
que en el otoño su vaivén nos muestran.
En tormentas… impacientes de desbordes,
nuestro aliento no se encuentra,
en eximio silencio adoramos
la vida que algún día nos uniera.
Puedo solo adorar el recuerdo…
aquel astro en tu mirada
que salpicaba chispas de ilusión,
aquella conmoción que provocabas, lo recuerdo.
Tu lamento, tus palabras cálidas y desconsoladas
impregnadas en mi mente
nostalgia, una y otra vez,
el torrente de tus huellas me arrastra, me sumerge.