***Crónica de un Bulevar***
Desde que el destino quiso cruzar nuestros
destinos por aquel bulevar de los Amaneceres…
Tu sabias que desde que te vi te pretendía,
como pretende un ciego ver la luz del día;
desde siempre has sabido que te amo
y para eso no necesitar recurrir a la adivinación.
Porque desde que te vi has sido mi mayor ilusión
y de mis sentidos la mayor tentación…
Pero no teníamos edad, pero los peros surgían
con tal abundancia que motivaban mis ansias.
Todos los días pasaba por tu casa con la ingenua
alegría, solo de verte asomar por la ventana,
pero un día de repente de esa ventana fuiste
la gran ausente…
Te fuiste lejos, solo Dios sabia a donde…
En mi desesperación te busque por todas
partes, pregunte pero nadie contesto.
Termine la primaria y en la graduación,
tú no sabes cuánto te extrañe…
Pasaron los años y no fue fácil sentir
y vivir tu ausencia…
¿Qué si bese a otras? Si, era una estúpida
forma por querer sentir lo que sentí contigo
sin tan siquiera haberte tocado…
Era una estúpida forma de sentir tu sabor,
sabor que adivinaba al recordar tu aliento.
Pero un día en la esquina del colegio,
esa que sirve de intersección entre la
calle Amores y la avenida Romances,
después de algunos años te encontré…
Yo sin dudarlo te seguí y al notarlo
aceleraste el paso…
Pero un tropiezo del destino te detuvo
y al encontrarse nuestras miradas
me reconociste…
No hicieron faltas las palabras,
ni bobas explicaciones…
Nuestras manos temblaban,
nuestros pechos eran como tambores.
Te sentí suspirar y tus ojos lloraban de alegría,
te tomaste de mi brazo y como quien asiste
a una gala inflame el pecho orgulloso de llevarte
a mi lado caminando por la calle Amor…
Luego cruzamos por la Avenida Romances,
sabiendo que la vida ahora nos permitiría
realizar otros avances…
Han pasado más de …Tantos años…
Y aun me tiemblan las manos cuando te toco,
te he besado mil veces y aun sigo sintiendo
la emoción de aquel nuestro primer beso…
Soy como ese perro viejo sabueso,
que de su amo nunca se quiere separar,
quiero seguir llevando de mi brazo por
por esas calles y avenidas hasta llegar
esa esquina…
Que sirve de intersección entre la calle Esperanza,
para luego cruzar por la Avenida Eternidad,
avenida que quiero cruzar de tu mano…
Porque sin ti pierdo la brújula de mi destino,
sin tus palabras no encuentro el camino,
que me conduce al bulevar que nombramos
“Amor hasta la Eternidad”…