No hay nada más limpio que la sonrisa de un niño,
No hay nada más bonito que la mira da un hijo,
Este es mi hijo Diego Alberto, el día de su comunión
Radiante sonrisa y mirada, inocencia de embrujo…
¡Dios mío, como pasa el tiempo para todos!
Barcos que navegan en virginal libertad,
En los océanos de todos los mundos,
Yo me pierdo entre el misterio, de mi verdad…
Vivo esperando el sueño de mi despertar
Y caminar por el mundo lleno de bondad,
Miro a mis hijos recordando mi soñar,
Verlos felices y libres de toda maldad…
No hay nada más limpio que la sonrisa de un niño,
No hay nada más bonito que la mira da un hijo,
Este es mi hijo, Diego Alberto el día de su comunión
Radiante sonrisa y mirada, inocencia de embrujo…
¡Tengo como Padre la esperanza, de que mi hijo Diego Alberto viva siempre con el amor de su humildad!
Modesto Ruiz Martínez / martes, 22 de febrero de 2011