Este pasado mío reverdece cada día
cuando el alba de ilusiones se destronca de la noche.
Amaso el pan para vivir con la harina de recuerdos,
a mi gusto, a mi manera, con mi anhelo a paso lerdo.
Este pasado mío me obsequia rastros de besos
de una boca que jugaba con mi dedo y mi sonrisa.
Como buscando la fiebre yo palpaba sus mejillas,
y su voz asemejaba una fiesta de avecillas.
Este pasado mío quedó esculpido en mi alma.
Es por eso que no olvido la ternura de sus ojos,
la tersura de su cuerpo curvilíneo, azucarado,
y aquel pedazo de cielo que en mi vida se ha quedado.