La razón y la cordura se diluyen
en el lance amoroso y tempestivo
que en la locura al alma la imbuye
divagando con el espíritu poseído
con lo Divino, que en el trance instruye
sin razón aparente ni sentido
si hablando los colores los vieran
aquellos que los ojos los han perdido
las palabras curarían la ceguera
pero aquel que ama enloquecido
ciego de amor, con firmeza persevera
y enamorado queda sometido
el amor de Dios, de razones huye
el lo da, hasta la criatura mas fiera
en la humildad bien se intuye
llegando cuando menos se espera
y con entrega a nadie lo excluye
que sea quien sea, el lo da a cualquiera