Tú que me has dado toda la felicidad del mundo,
no dejes, de mirar mis ojos, que te dicen que siento algo por ti,
ahora y siempre, porque, tu eres mi bello tesoro que estas dentro de mi alma. Si bella Ana, sonrisa de reina encantadora,
que haces alegrar hasta la nostalgia aturdida,
y que iluminas los días,
a los que caminan entre la soledad triste,
y que con tus bellos ojos como jardines celestiales,
alegras los paisajes,
que están cerca del cielo,
y con tu mirada, haces encender el horizonte en mi colores. Por eso, te digo,
que no me dejes de mirar como lo has hecho hasta ahora,
porque mi corazón y mi alma están en tus manos,
como prenda de amor, que siempre te he amado.