Si te invade la duda alguna vez
de qué tan cierto es lo que mueve
a sentir lo que refleja mi blanca tez
cuando por tu amor se me enrojece;
si ignoras que ya estuve sin salida
en tus sentimientos cuando ahogo
mi falta de aire en tu simple vida
sabiendo que solo ella es mi gozo;
si te cuesta creer que pocas palabras
en mi distancia no sean un silencio
sino devoción sin límites por amada
imagen tuya que cada noche sueño;
si aún no llegaste a medir el tiempo
que me llevó saber de tu luz dorada
para erradicar sombras del destiempo
consagrando la exactitud de tu llegada;
si caes con facilidad en vana pregunta
de cuestionar si lo que pasa es fantasmal
pero, diciéndote la firmeza de mi pluma,
que ya dejó de ser fantasía sino real;
si la razón de tu calor cree es un juego,
se está equivocando de mala elección
porque es mi deseo por el cual te entrego
de mi hasta el último latido del corazón;
si todavía seguís con nubes de confusión
vengo para hacerte presente en primacía
cada punzada de tu presencia en mi visión
como prueba única de que eres mi alegría.
Vito Angeli.