Sin saber ocultarse, riendo te ve mi alma,
Yo intento disfrazar el miedo y me arropo con calma,
como si estas horas de amor fuesen las últimas horas.
Tú te vas sin despedida, sin dejarme un adiós.
Mi mirada queda en el aire, viendo lejos las memorias.
Si nos estamos despidiendo eso valdrá por los dos,
así perdiendo uno al otro perderemos las victorias.
Yo me voy sin hablarte, yo me voy sin volver.
Pasaran otros siglos y alguien se acordará,
de hablar de este amor que fue el único placer
, pues ningún amor en la vida, placer así sentirá.Por si quieres mi deseo, y también a mi amor,
te daré lo único que tengo esta alma mía fría.
Pero nunca te daré este enorme dolor,
que me hace aceptar que tú jamás serás mía.
Estando solo con mi calma y tú desapareciendo,
te ve mi alma y ríe, te ve y ríe, como lloras.
No puede tener la vida un momento tan lento,
que para contar el momento se necesitan horas.
Quizás una noche oscura en una playa soltera,
nos hablemos uno al otro, conversando con las olas,
o quizás en una estación, bella como la primavera,
nos despediremos del amor como lo hacemos ahora.
LEOM KOLMNELA