Dicen que no se puede vivir de los recuerdos
porque la vida sigue y todo queda atrás
pero a veces, hay recuerdos muy profundos
que se llevan en el alma y esos, jamás perecerán.
Creo no existe quien diga no los tiene
porque es como un legado que la vida nos da
y aunque en ellos existan tristezas o alegrías
son cosas que pasaron y fueron realidad.
Hay algo muy cierto y todos lo sabemos
y es que el tiempo que se ha ido, no puede volver
pero hay momentos, que aunque pasen los años
al recordarlos, vuelven en tu vida a renacer.
En mi fardo de recuerdos que yo llevo
guardo los mas bellos que aun viven en mí
y era cuando sentia temor de niño,
que mi madre me cubria en su regazo
y la tibieza de sus brazos me hacian tan felíz.